Criatura editora nace a finales de 2011, en La Lupa Libros, compartiendo la filosofía, el concepto y el modo de trabajo que ha acompañado a la librería desde sus inicios.

Nos definimos como un proyecto independiente, por la naturaleza e identidad del emprendimiento y por el origen de nuestros recursos y financiamiento.

Hemos aceptado el desafío de editar, bajo el compromiso de que prime la calidad en la selección de nuestras publicaciones, con un profundo respeto y cuidado tanto por el autor como por su trabajo, así como nuestra responsabilidad ante la sociedad como proyecto económico autosustentable.

Teresa Porzecanski

Teresa Porzecanski (Montevideo, 1945)

Licenciada en Ciencias Antropológicas, doctora en Trabajo Social con posgrado en Hermenéutica y maestría en Tecnologías de la Comunicación Social. Se ha desempeñado como docente e investigadora universitaria y en el ámbito de las Ciencia Sociales produjo más de una veintena de ensayos; especialista en temas de etnicidad, minorías, racismo y prejuicio social, religiosidad afrouruguaya y construcción de identidades.

Como escritora, desde su premiado primer libro El Acertijo y otros cuentos (1967) ha construido una vastísima obra narrativa y poética.  Entre sus novelas se destacan Felicidades fugaces (2002), La invención de los soles (1981) o Perfumes de Cartago (1994, beca Guggenheim), estas dos últimas traducidas al inglés. Otros textos suyos han sido publicados en francés, holandés, alemán, rumano y húngaro. Recibió muchos reconocimientos a lo largo de su carrera, por ejemplo el Premio de la Crítica Bartolomé Hidalgo (1995), el Premio Morosoli de Literatura por el conjunto de su obra en 2004, la beca Rockefeller para una residencia en Bellagio, Italia, donde en 2006 terminó de escribir Su pequeña eternidad (reeditada por Criatura, 2016) y el premio ALAS de Fundación Interarte (2020).

Artículos relacionados:

Su pequeña eternidad

Teresa Porzecanski

«Eso había descubierto la señora Spinoza en su peregrinación por las salas de espera, mientras estudiaba atentamente los rostros: cada uno podía haber sido cualquiera de los otros, y eso era, en definitiva, lo humano de la humanidad.»

ojear el libro